Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V. dado el 11 de Septiembre
del 2020
Rosario matutino - Mensaje ÚNICO
· Vuestra resurrección, Mis pequeños, es el dejar atrás vuestros pecados pasados que os podían haber llevado a la muerte eterna, y es un cambio de vida el que debéis llevar en vuestra resurrección personal.
Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
(Lenguas…) Hijitos Míos, todos vosotros estáis llamados a resucitar conMigo. Vuestra resurrección, Mis pequeños, es el dejar atrás vuestros pecados pasados que os podían haber llevado a la muerte eterna, y es un cambio de vida el que debéis llevar en vuestra resurrección personal. Debéis dejar atrás todo aquello que Me ofende, que Me daña, que Me hace derramar lágrimas de dolor, porque veo a vuestras almas destrozadas por el pecado. Vosotros, ciertamente, no os dais cuenta de ello, pero desde el Cielo, al ver a las almas que están misionando o que están viviendo nada más por vivir en la Tierra, se ven como deformadas, no son almas bellas, no son almas que viven en la Gracia, que viven el Amor, Mi Amor en sus vidas.
Cuando os dije “las que están misionando”, ¡ojalá todos estuvierais misionando!, porque hay tantas almas que muertas están en vida y no hacen nada, ni para el bien de sus hermanos ni para el bien de sí mismas; son almas que han desperdiciado el don de la vida y han de dar cuenta de ello cuando regresen a Mí.
Mi Resurrección es Gloriosa, Mis pequeños, porque ella marca el haber vencido a la muerte, el haber vencido a satanás, el haber vencido lo que causó el Pecado Original.
Vuestros Primeros Padres tenían todo, tenían la vida, la verdadera Vida en sí mismos, pero erraron porque prefirieron seguir a satanás, y vosotros también erráis muchas veces a lo largo de vuestra existencia y así vais muriendo poco a poco. Muchos se quedan en esa muerte espiritual y no se levantan, y no les importa, que es lo peor de todo; no fuisteis llamados a la vida para morir durante la misión que debierais haber llevado, fuisteis llamados a la vida, porque se confió en cada uno de vosotros, Mi Padre os dio el don de la vida para transmitir más vida a vuestros hermanos.
Vuestra muerte no tendrá resurrección, moriréis eternamente. Yo no morí, ese es Mi Triunfo, Mis pequeños, y el triunfo que debéis tener también vosotros: La resurrección. Ciertamente, al morir, la gran mayoría de vosotros tendréis que purificar vuestra alma de vuestros pecados, y luego vuestra alma resucitará a la Gloria eterna y ahí tendréis vuestro triunfo personal. Para algunos, ese tiempo de espera en el Purgatorio será largo, según vuestros pecados y el comportamiento que tuvisteis en la Tierra: el respeto que Me tuvisteis a Mí, vuestro Dios, el respeto que le tuvisteis a vuestros hermanos.
Para otros, ese paso será rápido, porque tratasteis en vuestra existencia de vivir vida en Mí, vida en Cristo, siendo otros Cristos y, de esta forma, saldréis pronto del Purgatorio porque lograsteis hacer muchos méritos a lo largo de vuestra existencia y ellos os llevarán a una purificación rápida para que alcancéis muy pronto el Reino de los Cielos.
Para muchos de vosotros, todo esto que os explico queda todavía como sin explicación, no entendéis porque no estáis compenetrados en la realidad espiritual. Muchos todavía creéis que, después de vuestra vida humana, al morir, ahí terminará todo y que no hay otra vida después de esta vida terrena. Hay tantas creencias falsas, a donde os ha llevado satanás, para que no penséis en una realidad que todas las almas tienen pero que no todas aprovechan, que es la resurrección de vuestras almas. Muchos viven por vivir, no hacen grandes méritos, destrozan su alma con el pecado y creen no tener obligaciones espirituales para conMigo, vuestro Dios, y así van desperdiciando toda su existencia sin hacer nada bueno para la salvación de las almas ni para su crecimiento espiritual.
Se os ha repetido tantas veces que seáis otros Cristos, y esto implica trabajo, Mis pequeños, un trabajo espiritual al que todos estáis llamados. Cuando se os da el don de la vida, inmediatamente implica trabajo, Mis pequeños, no venís a la Tierra a pasar momentos agradables, como todos creéis, y los buscáis porque desecháis todo aquello que ofende a vuestros sentidos o a vuestra manera de pensar; buscáis solamente los placeres que le podéis dar a vuestro cuerpo y a vuestra alma también, y despreciáis todo aquello que es trabajo, trabajo espiritual, para alcanzar una vida plena en el Reino de los Cielos.
¡Cuántas, cuántas almas llevan esa mentalidad, de que fueron creadas para gozar en la Tierra!, hasta ministros de la Iglesia hablan de ello y lo pregonan: “Si vosotros tenéis algún problema, deshaceos de ello inmediatamente, vosotros vinisteis a gozar en la Tierra, debéis buscarlo, debéis buscar ese gozo.” Estas son las irrealidades, las mentiras a donde ha llevado satanás también a los ministros de Mi Iglesia. Se olvidan de todo lo que Me costó a Mí salvar vuestras almas; toda Mi Vida fue de trabajo, de oración, de sufrimiento, persecución, blasfemias, alegrías, y terminó Mi Vida con una Donación de tormento por el bien de vosotros, y todavía, hablan estos ministros, falsos ministros, de que debéis buscar solamente el gozo y se olvidan de Mis Palabras: “El que quiera seguirMe, que tome su cruz y Me siga”.
¡Cuánta maldad! ¡Cuánto error ha puesto satanás en los corazones de vosotros en el mundo! No, no vinisteis a gozar, vinisteis a trabajar para Mí, vuestro Dios, y el gozo realmente, sí viene después cuando vuestro trabajo os hace saber que Me disteis un gozo grande al llevar a cabo lo que Yo os pedí. Ciertamente, las almas buenas sí gozan con su trabajo, pero ese trabajo implica también dolor, implica sufrimiento, implica persecución. Si queréis resucitar conMigo, debéis llevar a cabo también lo que Yo hice: transmisión de vida espiritual a través de la palabra, a través del ejemplo, a través del amor que deis a vuestros hermanos.
Sabéis cómo gozo un alma que estaba perdida y que, por la intercesión de un alma buena, la regresa al buen camino. Así os volvéis salvadores de almas y ese es el camino que debéis seguir, y ese es el gozo que será premiado cuando lleguéis al Reino de los Cielos, un gozo que ahora no imagináis, y es un gozo grande, Mis pequeños, porque Me estáis dando a Mí, vuestro Dios, un gran gozo y la paga es inmensa, porque Yo Soy el Infinito, el Omnipotente, Yo Soy el millonario de Amor, Yo pago no al ciento por uno sino mucho más que eso cuando vosotros ayudáis a un alma a recuperar el camino del bien, a ayudarle en su resurrección.
Hay tantas almas muertas a vuestro alrededor, almas que no sienten tener un destino futuro, simplemente, como os dije, viven por vivir, pero ni haciendo el bien ni haciendo el mal a lo largo de su existencia, simplemente viven y viven según su forma de creer que debe ser la vida.
Todos lleváis un bien en vuestro interior,
que es Mi Santo Espíritu, pero también lleváis la marca del Pecado Original que
os lleva hacia el mal, esa es la gran lucha en cada uno de vosotros. Ciertamente, algunos
aprendéis a detener esa maldad, pero por simple educación o respeto a vuestros
hermanos, y de esta forma os volvéis almas buenas ante los ojos de los hombres,
pero no lo estáis haciendo como crecimiento espiritual sino para evitaros
problemas sociales con los que están a vuestro alrededor, para que os respeten,
porque vosotros los estáis respetando. No viven una interioridad espiritual,
viven para evitarse problemas con los que están a su alrededor.
Estas almas necesitan una guía espiritual, que también vosotros podéis
darles con la ayuda de Mi Santo Espíritu, pero hay otras almas que son
tremendas, son malas, da miedo tener contacto con ellas, pero también tienen
posibilidad de cambio y, ciertamente, vosotros sin Mi ayuda, sin la ayuda de Mi
Santo Espíritu, no podréis llegar a tocarles el corazón. Son almas aisladas
porque las almas que están a su alrededor les temen, no quieren tener ningún
problema con estas almas y, al ser odiadas, se aíslan y crece su rencor hacia
los hombres, pero cuando sienten el amor de un alma que verdaderamente Me ama,
Mi Amor brota de sus palabras, de sus obras, y toca el corazón de estos
hermanos vuestros que, a pesar del tiempo que han vivido, nunca han sentido ese
Amor, un Amor diferente que no viene de los hombres, que viene de Mí, vuestro
Dios, y a través de vuestros actos, de vuestras palabras, de vuestro deseo de
ayudar al hermano caído, lo lleváis a la conversión.
Yo os voy dando, a lo largo de vuestra existencia, muchas oportunidades de ayudar a vuestros hermanos, especialmente cuando os habéis dado a Mí, vuestro Dios. Yo os tomo como instrumentos y os agradezco infinitamente lo que hacéis por vuestros hermanos y, os repito, seréis gratificados grandemente en el Reino de los Cielos porque os habéis dado por un hermano, habéis visto su necesidad, estaba muerto y le ayudasteis a resucitar, a poder resucitar a una nueva vida gracias a Mí, vuestro Dios, pero gracias a que sois Mis instrumentos.
Mucho, mucho podéis hacer, Mis pequeños, con tantos hermanos vuestros que no Me conocen, pero que sienten que hay algo más y, cuando empiezan a vivir esa vida de amor, que sí existe pero que en su entorno no lo han tenido, al momento en que vosotros se lo dais, estas almas caen fulminadas de amor, viene un enamoramiento intenso ya que nunca han tenido ese toque de Amor que Yo les doy a ellas a través de vosotros.
Sed sencillos, pues, Mis pequeños, dejadMe a Mí actuar a través de vosotros. Os he dicho que vosotros tendréis los reconocimientos y los agradecimientos de vuestros hermanos que ayudasteis, pero bien sabéis vosotros que Soy Yo en vosotros el que actúa para lograr ese cambio en vuestros hermanos, lo sabéis y lo gozáis.
Sois Mis hijos, sois Mis hermanos, somos familia y todos debeMos ayudarNos a gozar del Reino de los Cielos. No seáis egoístas, si vosotros estáis conMigo, transmitidles a vuestros hermanos Mi Resurrección. DadMe almas, Mis pequeños, dadMe almas os lo pedí en la Cruz; tengo sed de almas y vosotros Me tenéis a Mí para alcanzarMe muchas almas para su resurrección.
Gracias, Mis pequeños.