Mensaje de Jesús Nuestro
Señor
Viernes 10 - Julio
- 2020
13:56 pm
¡Basta ya de ofenderme
con la comunión en la mano!
No a los Ministros
de la Eucaristía.
Están siendo probados en la fe y en al
amor hacia Dios
Escuchad oh humanidad, cuánto
dolor hay en mi Sagrado
Corazón, qué dolor!!!
Tengo tanto dolor por los sacrilegios que hacéis conmigo en la Sagrada Eucaristía. Que poco respeto me tenéis,
que poco valoráis
mi Divina y Gloriosa
Presencia, qué dolor!
Con cuánta maldad
me ofendéis.
El
Amor Dios Jesús os habla, mi Sagrado Corazón sangra cada vez que un alma me
recibe en la mano, es un
traspasamiento de dolor a mi Sagrado Corazón y este dolor se vuelve convulsivo
y agónico cuando un Prelado
desobediente e infiel
me entrega en las
manos impuras.
¡He dicho varias veces
que no acepto a los ministros de la eucaristía
y no acepto la comunión en la mano! ¡Basta ya de ofenderme, basta ya de herirme! Este acto
es demoniaco, es masónico.
Estáis tan degenerados, tan contaminados, tan llenos de amor propio,
ignorancia, soberbia, sentimentalismo, y falsa obediencia que no
podéis ver y sentir con claridad, el respeto, el amor con el cual debéis de tratar al Amor Divino. En
verdad, cuántos de vosotros os habéis convertido en títeres de Satanás.
A Dios, a la Divinidad,
al Amor Divino se le recibe en la boca y de rodillas. Glorificando
al Señor por sobre todas la cosas.
Pues el Amor y el Dolor Divino vienen a liberarlos, sanarlos, transformarlos, a salvaros. ¡Qué irreverencia, qué
profanación, qué sacrilegio como tratáis al Amor Divino, en verdad os digo que no tenéis
compasión, piedad y caridad para DIOS
TRINO.
Qué
dolor hija mía, cuánto desamor para el Amor Divino, cuánto Prelado traidor me
ofende, cuánto clero y laico
ignorante y soberbio me ofende. En verdad os digo que no tenéis amor y respeto
para el Amor Divino, no tenéis temor de Dios, estáis cegados.
Han abusado en exceso de la Misericordia de Dios.
Cuántos
Prelados al aceptar y dar la comunión en la mano,
al promover y aceptar los ministros de la Eucaristía,
se convierten en súbditos de Satanás, contaminando y degenerando al clero y al
laicado, dándole ejemplo de
infidelidad, desobediencia, y traición hacia Dios. Educando en el error,
pecando gravemente contra Dios Amor - pecado
mortal.
Pues
ponen en primer lugar al hombre, al respeto humano, al falso amor al prójimo,
cayendo en idolatría del hombre para
el hombre. ¿Amando y respetando
primero al hombre? ¡Qué osadía, es inaudito!
Clero y laicado
desobediente Tomad conciencia del primer mandamiento (Éxodo 20, 1 y del segundo mandamiento Éxodo 20, 7). Si en verdad
amarais a Dios por sobre todas las cosas y los reinara el Santo Espíritu
de Dios, que es verdad y luz no caeríais
en desobediencia. No sois humildes,
que poca conciencia tenéis de Dios Amor.
Recordad
oh humanidad ingrata, desobediente e ignorante, que Dios también es justicia y
es celoso de sus cosas (Éxodo 20, 5).
Y tendréis que rendir cuentas de todo el desamor, de todas las faltas de respeto,
de cada sacrilegio, blasfemia, herejía
que habéis dado al Amor Divino.
Su
desobediencia y falta de gloria para la Sagrada Eucaristía provocan la ira de
Dios. ¡Ningún
laico puede tocarme, no les es lícito!
(2 Samuel 6, 1 – 8). ¿No teméis la ira de Dios?
Muchos
de los que se hacen llamar ministros
de la Eucaristía viven en la ignorancia, soberbia, sentimentalismo e impureza.
Sin darse cuenta que son instrumentos de Satanás, pues están en desobediencia.
Muchos se sienten con autoridad de dirigir al Sacerdote y a la feligresía, se
sienten con derecho de tocarme y de
manejarme a su antojo. Pues os digo
que aquellas mujeres y hombres que se dicen
llamar ministros de la Eucaristía no los apruebo y no los acepto en mi Iglesia,
yo no les he dado autoridad y derecho
de tocarme y darme al pueblo de Dios. Mis Prelados son los únicos con derecho y autoridad de la Trinidad de darme en la
boca al pueblo de Dios. Mi Iglesia es pura, ordenada y obediente a la Voluntad
de Dios y vosotros vivís en desobediencia. ¡No queráis justificar su desobediencia conmigo!
Católicos que comulgáis en la mano, tened cordura
y conciencia de pecado. Muchos
creéis que estáis en obediencia con Dios al comulgar
en la mano, siguiendo las indicaciones demoniacas de los altos Prelados masones. ¡Oh que dolor, pero que puedo esperar de
vosotros cuando la desobediencia y la traición
hacia Dios está sentada en la silla de Pedro! ¡La Masonería Eclesiástica ya
no se esconde y se expone tan claramente!
(Apoc.13,2; 11)
La
masonería eclesiástica ha contaminado tanto a mi Iglesia, que sus tentáculos
han deformado gravemente el pensar, sentir y actuar de muchos Prelados, al grado de la degeneración. Cuántos Prelados,
hay posesos de homosexualidad, de lujuria y de otros pecados. La
infestación demoniaca que hay en los
seminarios, colegios, institutos, conventos de Marxismo, Teología de la
Liberación y otras prácticas que van
en contra del Amor Divino. Ahí son educados para ofenderme, y serme
infieles. Cuyo fin es educaros para
ir en contra del orden, de la verdad, de la pureza, de la obediencia, del amor
a Dios; es protestar contra Dios.
Cuánto
dolor me causáis oh Prelados corruptos, desobedientes que no amáis a Dios por
sobre todas las cosas, que no dais
primicia al Amor Divino; que contamináis, degeneráis, engañáis y amenazáis a Prelados tibios, miedosos y que
están en crisis, obligándolos
a dar la comunión en la mano.
Cuanto
me duelen estas almas hija mía, que son primicia del amor, ¡oh mi Sagrado
Corazón sufre y mis Santas
Llagas sangran por la falta de humildad,
de pureza, de santidad en los Prelados!
Los Prelados,
al no ser humildes, puros, obedientes, y que viven solo para el mundo, abren puertas
al pecado en su pensar, sentir y actuar, en donde Satanás entra y se
instala de forma tan sutil que es casi imperceptible, para que vivan pecando en la falsa iglesia
y no para vivir en la verdadera Iglesia, para que su comportamiento sea de hombre y no de ángel. Convirtiéndolos
en súbditos de Satanás. Y este dolor va in crescendo.
Los
Prelados son los que tenéis que dar ejemplo de amar a Dios por sobre todas las
cosas y dais ejemplo de desamor hacia
Dios por sobre todas las cosas. Son los que tenéis
que darme primicia de amor y me dais
primicia de desamor, de infidelidad, de indiferencia, de ingratitud, de dureza
de corazón, de relativismo, de
desobediencia, de traición. Cuántos os habéis convertido en Judas, Luteros. Cada día va in crescendo el número de Prelados desobedientes que se
sueltan de la Cruz, de la maternidad de María
Santísima, y rechazan mi Sangre Preciosa.
¡Ay qué dolor, estoy cansado de tanta ofensa,
de tanto desamor
por parte de los Prelados!
Os
digo que la ignorancia y la soberbia
son atrevidas.
¡Ay
Prelados infieles, desobedientes, que me hieren gravemente al dar la Comunión
en la mano, qué sacrilegio, pues al
darme en la mano impura del feligrés, me abaratáis como si fuera cualquier
pedazo de pan o mercancía. Me ponéis al mismo nivel que el hombre, ¡qué osadía! Yo no soy cualquier
hombre, soy Dios-Hombre,
Divinidad-Humanidad, Segunda Persona de la Trinidad, Justo Juez, Divino Pastor, Salvador de los Hombres. Soy Dios uno con
el Padre y uno con el Santo Espíritu. Si realmente amarais al Amor Divino tendríais santo temor de Dios,
no os dais cuenta que agreden gravemente a la
Trinidad Santísima. Oh Prelados infieles y desobedientes cuánto me dañáis al
darme en la mano, pues me exponéis y me entregáis a manos impuras
para llevarme a ritos satánicos, pues no sois vigilantes si soy consumido o no. Que agonía, y con excusa de
esta pandemia sois obedientes a la desobediencia, al miedo, a la infidelidad, a la traición, al gobierno de Satanás.
Dando primicia al hombre y pisoteando al Hombre-Dios
Salvador de la Humanidad. Os repito
con rigor, Dios es celoso de sus cosas. Cuán
grave será su juicio.
¡Ay
tantas almas en el Purgatorio y en el Infierno por los sacrilegios cometidos
contra Dios Jesús Eucaristía!
Los
verdaderos Prelados regidos por el Santo Espíritu, enamorados y crucificados en
Dios Trino, glorifican a la Trinidad
Santísima dando la comunión en la boca y de rodillas al pueblo de Dios. Los religiosos, religiosas y laicos que sois
humildes y obedientes a Dios me recibís de las manos del Prelado en la boca y de rodillas. ¡Oh, cuan
enamorado estoy de estas almas humildes y obedientes que dais primicia a la Trinidad Santísima, pues no pensáis en sí mismas, sino pensáis
primero en Dios para glorificarlo.
Me
es tan agradable un alma que ofrece
su dolor, que se sacrifica, que se mortifica al no recibirme en la mano, para no ofender a Dios Trino.
Pues justo es que recibáis al Amor Divino, al Rey de Reyes con gloria y Honor.
Oh humanidad vivís en la ignorancia y en desobediencia ofendiendo a Dios Jesús Eucaristía.
Certificado de autenticidad de este Mensaje a un alma mística.
Sagrada Biblia. Versión directa de las lenguas originales por Eloino Nacar Fuster y Alberto Colunga Cueto. Trigésima Séptima Edición. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid 1978.
2 Samuel 6 , 1 – 8
1 Volvió a reunir David a
los selectos de Israel,
treinta mil hombres.
2
y acompañado de todo el pueblo congregado
tras él, se puso en marcha desde Baalat Judá, para subir el Arca de Dios, sobre la cual se invoca el Nombre de Yavé Sebaot, sentado entre los querubines.
3 Pusieron sobre un
carro nuevo el Arca de Dios y la sacaron de la casa de Abinadab, que está sobre la colina. Oza y Ajio, hijos de Abinadab, guiaban
el carro nuevo.
4. Iba Oza al lado del Arca de Dios y
Ajio iba delante;
5. David y toda la casa de Israel iban danzando delante
de Yavé con todas sus fuerzas, con arpas, salterios, adufes, flautas
y címbalos.
6. Cuando llegaron
a la era de Nacón,
tendió Oza la mano hacia el Arca de
Dios y la agarró, porque los bueyes amenazaban volcarla.
7. Encendióse de pronto contra
Oza la cólera de Yavé, y cayó
allí muerto, junto al arca de Dios.
8.
Entristecióse David de que hubiese herido
Yavé a Oza, y fue llamado
aquel lugar Peres Oza hasta hoy.